martes, 13 de septiembre de 2016

Maternidad Consciente



Ancestralmente hemos visto la evolución  en las mujeres y como han vivido la maternidad en cada época, venimos de seres dedicados a traer hijos en abundancia sin poder comprender  lo que eso significaba, eso era lo que su rol familiar e incluso rol de género le exigía porque había la creencia de que la mujer solo existía para eso. Por su puesto eran años  donde el nivel de conciencia individual, colectivo y planetario eran distinto, lo cual impedía conectar con nuestra esencia femenina más allá de lo existente. Este linaje ancestral es quienes hoy merecen nuestra honra, aceptación y agradecimiento por hacernos el camino mas fácil.

Los tiempos de cambios en que vivimos nos están llevando a limpiar poco a poco nuestros patrones, conductas y pensamientos para cerrar ese ciclo de maternidad dormida y hacernos cargo de lo que significa sentir amor materno, somos seres de luz dando luz al mundo a través de nuestros hijos, somos las responsables de tender puentes de amor entre lo sutil y lo terrenal, es poder conectar con ese susurro que nos hicieron al oído pidiéndonos activar nuestras células para gestar una obra divina, es momento de dar ese salto evolutivo de conciencia para vivir la maternidad en la nueva era.


Por eso, una madre consiente es aquella que aprendió a amar aún cuando no fue amada, es un ser que se encarga de resolver sus conflictos internos para que ellos no determinen el futuro de sus hijos, alguien que dejo el conocimiento y las recetas por el sentir y la compasión, un ser capaz de encontrar su centro y de reconocer cuando se está alejando de él, alguien que sabe que ser madre es ser aprendiz y maestro al mismo tiempo, una madre de la nueva era es simplemente una mujer que descubrió que su corazón vive más cuando se ocupa de lo realmente importante, su familia.


Con amor a sus hijos,

Jesee Moreno

domingo, 11 de septiembre de 2016

Mi hijo no me escucha



Qué importante es para el ser humano aprender a escuchar y ser escuchado, es la manera básica que tenemos para comunicarnos, a partir de los 3 años de edad, el niño empieza a formar una parte importante en lo que será su comunicación e interacción con otros, la escucha que reciba el niño en esta etapa, será la clave para sus futuras relaciones.

A veces como padres queremos hacer que él escuche y obedezca, dos verbos que implican acción, implícitamente control, dominio, porque en este afán diario por lograr todas nuestras actividades olvidamos el rapport de la interacción, no tenemos tiempo para eso, sin embargo en ocasiones creemos que hablarle a los niños más duro o con amenazas para que me comprenda dará resultados;
Apreciada mamá se trata de escuchar en él, qué está tratando de decir cuando adopta una  actitud de berrinche, lloro, gritos o "desobediencia", muchas veces al momento de hacer la petición de arreglar los juguetes, de recordarle su aseo personal o de indicarle que es momento de levantarse para ir a la escuela, no recibimos la respuesta que esperamos y en nuestra desconexión insistimos con gritos, alborotos y exigencias, pero  menos hace lo que le pedimos y en ocasiones logramos un drama de todo esto, vale la pena parar y preguntarnos, qué estaba haciendo el niño justo en el momento que yo quise imponer mi voluntad, qué hay detrás de su rebeldía; ¿cansancio, sueño, ganas de captar mi atención, se ha sentido poco escuchado?, de seguro antes de esa escena, horas o días antes él estuvo haciendo peticiones las cuales fueron ignoradas y su comportamiento es muestra de nuestra no escucha…comprendamos algo, en la medida que escuchemos a nuestros hijos, ellos nos escucharán.
Reflexiona, si tu hijo no te escucha es porque tu eres una mamá que no escucha.

Con amor a tus hijos
Jesee Moreno

miércoles, 13 de enero de 2016

Con nuevos pies

¿Te imaginas como sería empezar a caminar con pies nuevos desde hoy?, ¿qué sensación tendrías?, con tu edad, con responsabilidades, con tu energía y con tus pies de bebé...quieres ir rápido por las escaleras y terminas aporreado impulsado por tu mente, pero abandonado por tu cuerpo, resulta que hasta el acto mas sencillo como el caminar, se ha vuelto un perfecto desastre y desconocido ademas. La ultima vez que pasaste por esto tenias no mas de 13 meses y veías personas cerca de ti acompañándote, protegiéndote e impulsándote a hacerlo,  sin embargo, tomó tiempo y técnica para que pudieses dominarlo, se que eran mas tus ganas de descubrir que de quedarte sentado sobre un pañal las que hicieron que te pararas y te impulsaras cientos de veces...si haces un esfuerzo por recordar verás que de eso hace ya bastante tiempo, el suficiente para volverte un experto en el arte de caminar. 

Y ahora te digo, ¿qué pasaría si hoy amanecieras con dos pies nuevos, hermosos, sanos...pero de bebé...no son de tu talla, no son conocidos o recordados por ti, no tienen tu estilo, no conectan con tu mente aún. ¿¡Puedes imaginarlo!?...De seguro estarías sentado observándolos fijamente tratando de dialogar con ellos, porque intentar comprenderlos es caso perdido, ellos traen algo tan especial para ti que dudo que lo estés detallando en este momento, Traen nuevos rumbos, nuevas vías, nuevos caminos, sí y lo que menos te gusta,  nueva vida, esos pies nuevos quieren mostrarte que hay posibilidades que antes no habías conocido, que no has visitado, que no te has permitido, ellos tienen una clara visión, transitar por zonas cómodas para ellos, recuerda, son nuevos, son de bebé, no pueden exponerse al asfalto, al bullicio, al colectivo, a la queja, a la miseria, ellos saben que su terreno es fértil, suave, cálido, seguro, armonioso y lo mejor de todo, ¡tienen un destino!.

Te aseguro que con tus pies viejos ya estarías recorriendo el kilómetro 100.000  de tu vida, en el circuito de rutina que tu mismo elaboraste, por eso te invito a pensar que pasaría en tu vida si tuvieras pies nuevos y deja que ellos marquen el rumbo, nunca un bebé ha dejado de crecer, no lo hagas tu tampoco.

Bendiciones en la luz
Jesee Moreno