Todos somos sanadores

Así es, todos somos sanadores, desde que estamos en el vientre de mamá estamos ayudando a sanar heridas en otros, aunque no lo sepamos y aunque no lo sepan otros; es válido definir entonces, qué es ser sanador, ¿es alguien que cura?, ¿alguien que quita dolor?, ¿alguien que coloca ungüentos medicinales?, definitivamente no.

Un sanador, es aquel que a través de su sola presencia emite vibraciones diferentes y con eso ayuda a otros a desplazarse, a moverse, es un detonador en otros, un sanador le muestra a otros lo que debe sanar y a su vez está sanando él también.

La sanación se produce cuando aquello que no quiero, que no me gusta y que no veo pierde importancia, ocurre cuando yo logro mover una emoción, sacarla, mirarla y transformarla; no estoy diciendo que será indolora, no, de hecho muchas veces experimentamos un dolor benéfico, ese que sale para arrastrar a su paso la raíz de lo que te aquejaba.

Por lo tanto, seres de luz, todos somos sanadores, ayudamos a otros y sanamos nosotros mismos en el proceso, algunos lo hacen a través de la palabra, otros a través de sus miradas y presencia, otros con sus manos, algunos con solo escucharte, lo importante es que no se requiere herramientas extra, solo la intención de ayudar, al sentirla, has dado paso a una corriente caudalosa de bienestar que te inundará a ti y a aquel que requiera tu energía.

No te limites en el uso de esa esencia ancestral, presume de ella, llega a sitios irradiando sanación, ¿cómo lo haces ? ¡sonriendo!, llenándote de vibraciones elevadas producto del agradecimiento, manteniendote alerta en tu presente y con el firme propósito de impregnar de tu fe y amor incondicional a todo aquel que consigas por el camino, verás atardeceres mas hermosos, sonrisas mas espontáneas, susurros del viento dándote reconocimiento, niños felices porque tu energía llegó a donde debía llegar, eso es lo único que importa.

Bendiciones en la luz.

Jesee Moreno