Las lenguas son de fuego, son de fuego porque pueden tener la habilidad de quemar, destruir, avasallar, al ser humano y su historia, sin embargo también tiene propiedades antagónicas, puede avivar la flama trasmutadora, avivar la pasión del corazón, encender vida, alumbrar senderos, caminos, no es la lengua en su esencia, es el uso que cada ser humano le da; si pueden usarla para ayudar, podrán construir palacios de hermandad, justicia, compasión, igualdad, entendimiento, generosidad,
Sin embargo, nuestra cotidianidad nos ha llevado a generar incendios a través de la palabra, principalmente con nosotros mismos, incendios en tu relación de pareja, con tus hijos, tus vecinos, tus hermanos, destruimos y descalificamos con el verbo, acentuamos con la chispa de la ironía los defectos en el otro, generamos caos en el corazón de nuestros semejantes con criticas, opiniones e intenciones individualistas, cuando no apruebas la opinión de alguien estás haciendo una hoguera, te conviertes en fuego incinerador.
Cuando quieres ser lengua de fuego para cooperar, colaborar, aportar, también sabes como hacerlo, alabas a tu ser, a tu hermano, a tu sangre, empiezas a reconocer el poder escondido en todo conflicto, enciendes pasión por tus proyectos, irradias amor en lo que haces, iluminas la vida del que atraes, transformas y trasmutas energías punzantes que nada contribuyen.
Lo que quiero que reflexionen es ¿por qué sabiendo lo que sabes, haces lo que haces?. El fuego es una lanza de doble espada, que dispara y suelta hacia su origen; ¿por qué decides todos los días arder en tu propia injusticia?, ¿por qué aceptas ser tu mejor perpetrador?, quemándote, hiriéndote con cada frase que dices, con cada rabia que expresas, con cada anhelo frustrado, repitiendo cada vez mas lo que tu llamas desdichas.
¡Recupera tu fuego interno!, no lo lances, no lo escupas, no lo agites, no lo disipes, úsalo dentro de ti, fortalécelo, recupéralo, enciéndelo, flamealo siempre, condénsalo y deja que tu poder interno se haga cargo, deja que él te ilumine el camino, la senda, el norte, permite que a través de su llama sagrada invada tu ser y puedas iluminar, incentivar y potenciar tu vida y la de otros. Tu fuego se agita cada vez que te agitas, tu fuego se disipa cada vez que te dispersas, cada vez que te evades, tu fuego se fuga cada vez que pierdes tu centro.
Ahora, ya sabes que hacer para verlo crecer dentro de ti, dentro de tu corazón, elévalo a tus esferas mas altas, desde allí podrás apreciar, construir , reprogramar y experimentar y avanzar hacia la vida que deseas.
Bendiciones en la luz.